La miel contiene nutrientes con propiedades antibacterianas, antioxidantes y antiinflamatorias que le han dado la reputación de ser un alimento saludable. Pero consumir demasiado es tan dañino como consumir cualquier tipo de azúcar.
Aunque provenga de una fuente natural, la miel sigue siendo un azúcar. Pero un azúcar como ningún otro. Hecho de néctar recolectado por las abejas, ingerido y luego regurgitado, está compuesto principalmente de agua, fructosa y glucosa. Son azúcares simples que el cuerpo transforma fácilmente en energía. La miel también contiene trazas de vitaminas, minerales, electrolitos, enzimas, aminoácidos y flavonoides.
Dado que tiene un sabor delicioso, es una buena alternativa al azúcar y puede añadirse a casi todo, no hay excusa para que falte en tu lista de la compra, y aunque es preciso que se consuma con moderación, no deja de ser verdad que la miel aporta muchos beneficios para nuestra salud, y he aquí algunos de los más importantes.
Es genial para la piel
Si sufres un brote desagradable, la miel es un salvador de la piel muy efectivo. Sus propiedades antibacterianas y antiinflamatorias pueden calmar y aliviar la piel irritada, además de estar cargada de enzimas y otros nutrientes que nutren y limpian la superficie – algunos blogueros de belleza incluso afirman que ha despejado su acné.
Si lo que buscas es un brillo natural, la miel es un humectante natural, lo que significa que hidrata la piel absorbiendo la humedad del aire. Intenta mezclar dos cucharadas de miel cruda con una cucharada de gachas de avena crudas para una mascarilla exfoliante.
Es bueno para el corazón
Además de ser un complemento muy sabroso para un plato matutino de gachas, la miel está repleta de polifenoles, antioxidantes útiles que se han relacionado con el aumento del flujo sanguíneo y la prevención de la formación de coágulos de sangre.
Un estudio realizado en ratas demostró que la miel puede proteger el corazón del estrés oxidativo, lo que puede contribuir a los ataques cardíacos y a los accidentes cerebrovasculares, aunque es necesario realizar más investigaciones sobre la relación entre la salud del corazón humano a largo plazo y la miel.
Te da un impulso de energía
Intenta añadir un poco de miel a tus batidos de proteína. Como un carbohidrato compuesto de fructosa y glucosa, esta sustancia pegajosa es un aperitivo energético natural de gran potencia. A diferencia del azúcar refinado, también contiene pequeñas cantidades de proteínas y minerales como la B6, la riboflavina y los aminoácidos, compuestos que ayudan al cuerpo a metabolizar el colesterol malo y los ácidos grasos.
Puede ayudar a curar heridas y quemaduras
Cuando se aplica sobre la piel, los investigadores creen que la miel puede tener un efecto curativo en quemaduras y lesiones dolorosas. La aplicación de la miel a las heridas ha sido una técnica que ha existido desde el antiguo Egipto, y los estudios modernos han encontrado que puede ser eficaz.
Mejora tu perfil de colesterol
En un estudio realizado en Dubai se comprobó que, en comparación con los participantes que tomaron una solución de glucosa, los que consumieron 250 mililitros de agua con 75 gramos de miel natural durante 15 días disminuyeron su colesterol total y el “malo” de las lipoproteínas de baja densidad (LDL) y aumentaron el “bueno” de las lipoproteínas de alta densidad (HDL).
Aumentar el nivel de azúcar en la sangre
La miel en polvo aumentó y mantuvo los niveles de glucosa de manera más eficaz que la sacarosa o la maltodextrina. Grandes cantidades de carbohidratos y proteínas después del ejercicio podrían causar hipoglucemia en algunas personas, pero los investigadores concluyeron que la miel podría prevenir tales reacciones. Los pacientes con hipoglucemia pueden utilizar el alto contenido de azúcar de la miel para aumentar los niveles bajos de glucosa en la sangre.
Alivia las alergias
Los efectos antiinflamatorios de la miel y su capacidad para aliviar la tos han llevado a la creencia de que también puede reducir los síntomas de la alergia estacional. Aunque no hay estudios clínicos que prueben su eficacia, sí existe la teoría común es que la miel actúa como una vacuna natural. Contiene pequeñas cantidades de polen, lo cual es positivo porque si el cuerpo se expone a pequeñas cantidades de polen puede desencadenar una respuesta inmunológica que produce anticuerpos contra el polen.
Aumenta la memoria
El néctar dulce está cargado de antioxidantes que pueden ayudar a prevenir el daño y la pérdida celular dentro del cerebro. Un estudio de 2011 publicado en Menopausia encontró que una cucharada diaria de miel puede aumentar la memoria de las mujeres posmenopáusicas, lo que puede proporcionar una terapia alternativa para el declive intelectual relacionado con las hormonas. Después de cuatro meses de tomar 20 gramos de miel al día, las mujeres tenían más probabilidades de tener una mejor memoria a corto plazo que sus homólogas que tomaban píldoras hormonales.
Ayuda para dormir
La miel puede ser una ayuda para la salud en las noches de insomnio. Al igual que el azúcar, la miel puede causar un aumento de la insulina y liberar serotonina, un neurotransmisor que mejora el estado de ánimo y la felicidad. Además, la miel también contiene varios aminoácidos, incluyendo el triptófano que se asocia comúnmente con el pavo. El aumento constante de la insulina en la miel hace que el triptófano de la miel entre en el cerebro, donde se convierte en serotonina y luego en melatonina, que es una ayuda para dormir. Esta hormona es responsable de regular los ciclos del sueño y de la vigilia.