La base de maquillaje es un cosmético fundamental a la hora de lograr una piel cuidada y una imagen impecable. De ella depende en gran medida que el resto de productos de maquillaje funcionen y puedan cumplir su misión, que no es otra que potenciar los rasgos más atractivos del rostro.
Tienes bases de distintas texturas y en tonalidades diferentes para adaptarse perfectamente a las necesidades de cada tipo de piel, pero pese a su importancia, no todo el mundo conoce las posibilidades que ofrece este producto para favorecer la imagen personal. Si quieres saber para qué sirve la base de maquillaje, sus usos y sus beneficios no te pierdas la completa información contenida en este artículo.
Para qué sirve una base de maquillaje
Una buena base de maquillaje cumple tres funciones principales:
– Prepara la piel para que reciba perfectamente el resto de productos de maquillaje como pueden ser unos polvos iluminadores o un colorete, ayudando, además, a su correcta fijación, de manera que den un mejor resultado y proporcionen una mayor durabilidad sin alterarse.
– Protege la delicada piel del rostro de las agresiones externas, creando una fina película que la aísla de la acción directa tanto de la contaminación, de las partículas de polvo en suspensión y la polución, como de factores climatológicos como el viento o los rayos solares.
– Iguala la dermis en su conjunto dándole un aspecto uniforme y corrigiendo pequeñas imperfecciones sin crear un efecto ‘máscara’.
La base de maquillaje, por tanto, es una magnífica herramienta para que la piel simplemente presente el buen aspecto que el rostro necesita para que, así, el trabajo de maquillaje posterior consiga resultados óptimos
Cómo elegir el fondo de maquillaje apropiado
Hay distintos tipos de base de maquillaje y, para aprovechar todos los beneficios que encierra este pequeño secreto de belleza, es esencial elegir el adecuado, atendiendo a las necesidades de cada tipo de piel y también teniendo en cuenta su tonalidad concreta.
Las bases pueden ser líquidas, con mayor o menor capacidad de cobertura según su densidad, o presentarse en formato crema más densas, o más ligeras tipo mousse. También las tienes en barra, ideales para aplicar en puntos concretos de la cara donde haya alguna imperfección notable y en polvos más o menos compactos. Entre las más novedosas, se encuentran las bases de maquillaje cushion, que guardan el cremoso producto en el interior de una esponja, que lo irá soltando solo con presionarla (muy prácticas para llevar en el bolso y recurrir a ellas en cualquier momento).
Por lo que respecta al formato y a la textura, no hay una base de maquillaje mejor que otra, solo tienes que escoger la que mejor responda a las características de tu rostro. En general, las líquidas y en crema son idóneas para pieles normales y secas y, en cambio las compactas, en polvo o barra, son adecuadas para pieles grasas.
A la hora de escoger una, también es importante fijarse en la tonalidad de la base que debe ser lo más parecida posible a la de la piel de la cara o, como máximo, un tono inferior (más claro) para evitar los contrastes con la piel de cuello y escote. También hay que tener en cuenta el acabado que proporcionan, brillo o mate, para elegir el apropiado.
En la actualidad, hay bases de maquillaje que incluyen en su composición elementos de cuidado facial, hidratantes, emolientes, antiarrugas… para, además de igualar la piel del rostro, proporcionarle el cuidado que necesita.
Fuente de la imagen: Pacoperfumerias.com
Cómo se aplica la base de maquillaje
Es importante recordar que la base de maquillaje siempre debe aplicarse sobre una piel perfectamente limpia, libre de impurezas o de restos de otros productos, y bien acondicionada, por ejemplo, hidratándola convenientemente en caso de un cutis muy seco.
Además, si tienes previsto utilizar algún corrector, por ejemplo para reducir ojeras, evitar ángulos del rostro, potenciar pómulos… aplícalo siempre antes que la base de maquillaje.
Con la cara lista para recibirla, ten en cuenta que una buena base debe resultar imperceptible, limitándose a dar al rostro un aspecto fresco, uniforme y radiante sin que se note. Por eso, a la hora de ponértela sigue la norma de ‘menos es más’. Si tu base es líquida, unas gotas serán suficiente y si se trata de una compacta, en crema o barra, unos toques en los puntos específicos donde quieras una mayor cobertura, bastarán.
El secreto de aplicar correctamente una base de maquillaje está en difuminarla al máximo evitando que aparezcan líneas marcadas. Si quieres una cobertura ligera y general, pon con tus dedos o con un disco de maquillaje una pequeña cantidad en la zona baja de los pómulos, en la frente, laterales de la nariz y en el área de barbilla y luego extiende siempre del interior al exterior del rostro. Para un acabado óptimo termina de hacer el esencial difuminado con brocha.
La base de maquillaje permite igualar el tono de la piel del rostro borrando pequeñas imperfecciones y logrando el efecto buena cara en un solo gesto
En el caso de querer disimular pequeñas arrugas, granitos o cualquier otra imperfección, puedes poner algo más de base en ese punto concreto, pero sin caer en el error de exceso de producto, porque lograrías el efecto contrario, es decir, acabarías realzando esa imperfección.
La base debe ‘fundirse’ perfectamente en el rostro y una vez conseguido, nada mejor que terminar con unos polvos de fijación que además aporten luminosidad extra a una imagen impecable.
Qué beneficios aporta la base de maquillaje
La ligereza y la sencilla aplicación de las bases de maquillaje actuales han hecho que sean un producto básico no solo para maquillajes de fiesta o especiales, sino para lucir ‘buena cara’ a diario. Los beneficios que ofrecen, tanto para la piel como para la propia imagen, son múltiples y algunos de los más destacables son:
– La base de maquillaje logra alisar la superficie cutánea haciendo que las pequeñas arrugas de expresión u otras imperfecciones pasen desapercibidas.
– No solo mejora la propia textura de la piel sino que también unifica su tono evitando áreas oscuras, por ejemplo en los laterales de la nariz o bajo los pómulos, y disimulando posibles manchas.
– Ayuda a corregir brillos, algo especialmente importante si tienes el cutis graso o mixto.
– Aporta un toque de frescura y luminosidad, siempre resulta favorecedor, capaz de minimizar los signos de cansancio y fatiga en el rostro.
– Permite lograr el acabado que desees en tu piel, desde un efecto mate, hasta un atractivo efecto piel de melocotón.
– Sirve de escudo protector para la propia bien y aplicada correctamente, es un invisible aliado de belleza esencial para que el conjunto del maquillaje ofrezca un acabado perfecto.