La ansiedad, el estrés o la falta de concentración son grandes males de esta época en la que nos ha tocado vivir. A un ritmo frenético, con cientos de preocupaciones en la cabeza y horarios ajustados, caminamos en un montón de ocasiones con una especie de piloto automático puesto. Desde luego, resulta muy poco positivo para nuestra salud interior y exterior.
Sin embargo, prácticas sencillas como el Mindfulness son capaces de mejorar considerablemente nuestra calidad de vida y el índice de bienestar. En este artículo queremos mostrarte al detalle qué es exactamente, como practicarlo y todos los beneficios que te puede aportar y que, posiblemente, desconocías hasta el momento, ¡empezamos!
¿Qué es el Mindfulness?
El Mindfulness es una técnica que consiste en mantener una atención plena y centrarse en lo que está sucediendo durante el presente más inmediato. Durante este proceso, las personas que lo practican deben aceptar con honestidad lo que ocurre, sin emitir juicios, sin cuestionárselo y sin tratar de llevar las circunstancias en otra dirección.
Esta metodología se empezó a emplear en terapias hace mucho tiempo y, aunque se ha puesto de moda en los últimos años, no se trata de un descubrimiento reciente. Ya en el año 1979, un equipo liderado por el Doctor Jon Kabat-Zinn lo empleó para reducir el estrés de los pacientes en el Hospital de la Universidad de Massachusetts, en los Estados Unidos. De hecho, desarrollaron un programa completo que arrojó resultados positivos.
En la actualidad, se puede profundizar en este tema gracias a las ponencias de diversos expertos en Mindfulness que nos acercan este método. Las conferencias de referencia en nuestro país alrededor del desarrollo personal, la meditación y otras técnicas que incluyen el Mindfulness se encuentran en MT Consulting, una consultoría pionera en este ámbito que colabora con cantidad de eminencias en este campo.
¿Cómo practicar el mindfulness?
Para alcanzar el estado conocido como mindfulness será necesario entrenar la mente, pues la mayoría de las personas no está acostumbrada a focalizarse tanto en el presente. Para ello pueden ayudar cantidad de actividades complementarias como el yoga, la meditación o el control de las respiraciones. Todas son herramientas efectivas para poder “entrenar”.
Hay algunos pasos que pueden ayudar a practicar el mindfulness, especialmente cuando se hace por primera vez o se está empezando. Son los siguientes:
- El momento. Es crucial encontrar un momento en el día que sea tranquilo, en el que tengamos tiempo y que sea apropiado para pararse a prestar atención. Será mucho más sencillo si el contexto nos ayuda inicialmente.
- El lugar. Lo mismo ocurre con el lugar, ya que un ambiente repleto de distracciones nos puede hacer perder el foco con mayor facilidad cuando todavía no tenemos dominada la atención plena.
- La comodidad. La experiencia será más agradable y fructífera si se practica con una postura que nos resulte cómoda y con un vestuario que no genere molestias. Si es posible, ponte un chándal o un pijama para practicarlo.
- La respiración. Para empezar con el proceso e intentar alcanzar el mindfulness lo más estratégico es concentrarse en la respiración. Si has practicado respiraciones de yoga u otras técnicas previamente, te ayudarán a adentrarte en la atención que necesitas.
- Fluidez mental. El último paso será dejar que fluyan los pensamientos y emociones con libertad, manteniendo una actitud pasiva y aceptando lo que viene.
Beneficios de la meditación mindfulness
La meditación Mindfulness se ha popularizado a pasos agigantados durante los últimos años gracias a los beneficios que nos puede traer en el estilo de vida actual. Conociéndolos, estamos seguros de que te animarás definitivamente a probarlo.
Reducción del estrés
Uno de los beneficios más evidentes y más estudiado es el efecto antiestrés que proporciona practicar Mindfulness regularmente. Esta técnica permite tomar el control de la situación y activar los mecanismos de la amígdala, una parte fundamental para el control de los momentos de mayor ansiedad. Las respiraciones controladas también ayudan a oxigenar el cerebro, por lo que se fomenta la relajación desde varias perspectivas diferentes.
Aumento de la memoria
La memoria es en realidad muy extensa, ya que trabajamos con varios tipos de ella según lo que necesitemos recordar en cada momento. El Mindfulness, en concreto, activa lo que se denomina como la memoria de trabajo, que es la que empleamos para aquellas actividades temporales. Se procesa esta información y se almacena del modo correcto para tomarla en otros momentos posteriores.
Bienestar
Uno de los efectos más tempranos de esta práctica es el procesamiento de los pensamientos y las emociones, algo que puede ser liberador y bastante terapéutico. Al conocer y abordar lo que sentimos de una forma relajada podemos aumentar nuestro índice de bienestar general. Seremos capaces de aceptarnos a nosotros mismos mucho mejor y también a las circunstancias que nos puedan rodear en cada momento.
Habilidad para conciliar el sueño
El Mindfulness es una metodología especialmente relajante que se empieza a aplicar en entornos tranquilos, basándonos en la respiración y en el presente más inmediato. Esto ayuda a conciliar el sueño a las personas que tienen dificultades en este ámbito, incluso existen pequeños ejercicios relacionados con la meditación que sirven específicamente para dormir mejor y que llevan solo un par de minutos.
Ralentización del envejecimiento neuronal
Este ejercicio o entrenamiento cerebral que se hace cuando se busca una concentración plena estimula el crecimiento de las estructuras neuronales, según varios estudios científicos que se han efectuado alrededor del Mindfulness. Parece que también puede mejorar la conectividad entre ellas y dar lugar, como consecuencia directa, a una menor percepción del estrés.